sábado, enero 02, 2010

Recuerdos de un Mundial

Sin lugar a dudas, el Mundial de Alemania 2006 significó un parteaguas para la afición mexicana. Nunca en la historia de ningún evento se había visto el flujo de connacionales que se dio en Sudáfrica.
Esta es la primera parte de una serie de escritos que se publicarán a partir de hoy y hasta el inicio de Sudáfrica.

Aún era mayo y estábamos a dos semanas de que México se estrenara contra el combinado de Irán y el viaje que habíamos comenzado a planear con dos años de anticipación ya había comenzado. La primera escala que hicieron los manos Othón, Cachuchas y Mac se dio en Nueva York, lugar donde me les uní y viajamos sin escalas a Londres.

En Inglaterra ya se sentía el ambiente mundialista y nos tocó ver ahí el último partido amistoso del combinado de la rosa antes de emprender su aventura mundialista. Después de unos días de estadía en la capital inglesa, viajamos en Eurostar a París. Ahí recogimos el coche que habíamos rentado y que sería testigo de tantas horas de diversión en los próximos 30 días. Después de haberlo bautizado como “Kikín”, nos dirigimos hacia Eindhoven para disfrutar del último partido del TRI antes del Mundial. El escenario fue un frío día de verano en el ¨Phillips Stadion con la calefacción prendida. El resultado, un amargo 2-1 en contra de los nuestros pero que nos dejaba con la idea de que se le podía pelear a cualquiera.
El Mundial ya estaba a la vuelta de la esquina pero habríamos de tomarnos un break en Bélgica, lugar donde el Mundial no se sentía de la misma forma al estar el combinado nacional fuera de la competencia mundial. La siguiente parada fue la tierra del que aún era jugador de Juventus: Zlatan Ibrahimovic. Suecia es un lugar frío en todos los sentidos y Malmö no fue la excepción. Fue ahí donde nos tocó observar el partido inaugural entre Alemania y Costa Rica en un ambiente que no denotaba pasión y algarabía. El bar donde observamos el juego lucía desahuciado, lo bueno es que ticos y teutones se encargaron de abrir el torneo con una solemne exhibición liderada por Phillip Lamm y su golazo desde afuera del área.
Y el momento anhelado durante años nos había llegado. Alemania nos esperaba y con ello el debut en Nüremberg.

Nuestra base de operaciones la establecimos en un lugar llamado Vechelde (no, no se llamaba Notting Hill el lugar). De ahí manejábamos a las diferentes sedes o ciudades por visitar. El diez de junio ya estábamos listos con nuestro cuaderno de direcciones y mapa de las carreteras europeas en mano para manejar al sur durante 5 horas.
Nos había llegado la hora.

Ya de salida. Estoy viendo los goles de México contra Irán y el estómago se me vacía de la emoción y si tuviese que hablar en este simplemente no podría. Qué bueno que le reservé 10 uvas al TRI de mi corazón!

2 comentarios:

Mac dijo...

¡10 uvas! Y las otras dos en que las desperdiciaste?

Fernando Del Río dijo...

una fue para que nos fuera bien en el mundial y la otra para que cuauhtémoc llegue mejor que nunca!