Crónica de un campeonato anunciado... ( 4ta parte)

El día seguía siendo perfecto. En la fila del Wong me topé con un mexicano radicado en Perú: Marbe. Terminamos el proceso de compra de las entradas y me invitó a su casa, un penthouse en el piso 16 y frente al mar. La vista era espectacular. Para ese momento ya era la 1 de la tarde y el tiempo nos estaba apremiando.Después de platicar sobre la situación que se vive en México durante 1 hora, emprendí la caminata por las sedes del gobierno inca.
Lima es una ciudad bella por momentos , el malecón es otra cosa y la gente todo un fenómeno.
Otra escala forzosa en Mcdonald’s y una última en el hotel para recoger mis pertenencias. La cita con la historia cada vez estaba más cerca.
El recorrido en combi del hotel al Estadio Nacional sería de 20 minutos y es por una sola calle, la famosa Arequipa.
El reloj marcaba las 3 cuando llegué al coloso limeño. Al abandonar el transporte público me torne a la caza para encontrar un boleto en la reventa ( lo confieso, estuvo mal pero era necesario).
No tardé mucho en encontrar un ticket de la zona más exclusiva, mi lugar era arriba del palco oficial de la FIFA.
La espera cada vez era más larga, cometí el error de entrar al estadio muy temprano, aun estaba vacío. Los boletos eran numerados y pronto los mexicanos comenzaron a invadir el graderío. Todos queríamos estar juntos y fue en ese momento cuando coincidí en el pasillo con un estudiante del Tec de Monterrey que estaba de intercambio en Buenos Aires: Diego.
Diego había hecho migas con otro compatriota que llevaba cientos de banderas tricolores para obsequiar a los amigos peruanos. Este singular personaje, Rigo, pronto se unió al club, ya éramos 3. Minetras tanto, Holanda se adjudicaba el 3er lugar del mundial al derrotar a Turquía. Poco a poco nuestro grupo fue creciendo, de repente ya éramos 10 mexicanos juntos, la porra comenzaba a formarse. Las banderitas ya inundaban la tribuna central, hasta el Presidente de Perú echaba las porras. ¡Puedo declararme orgullosamente el organizador de la porra mexicana en el mundial sub-17 que ganamos!
El partido estelar se acercaba… el Nacional de Lima estaba a su máxima capacidad y era el marco perfecto para lo que acontecería en la siguiente hora y media.

Y no hay plazo que no se cumpla… las selecciones mexicana y brasileña salían al terreno de juego. Patricio Araujo mostraba la cinta de capitán con orgullo y los himnos se entonaron. El mexicanos al grito de guerra retumbaba en otro país, esos segundos marcan vidas, el estar tan lejos de tu Patria pero sentirte tan cerca no tiene precio. Por ahí hubo hasta lágrimas de emoción en la grada y no era para menos.

¡Silbatazo inicial!
Desde el primer instante los dirigidos por Jesús Ramírez le dieron a entender que esa noche se impondría nuestro el juego y no el suyo. Todos los niños mexicanos sacaron la casta de campeones y demostraron porque somos los mejores de la especialidad. Los minutos pasaban y la emoción y dramatismo cada vez eran mayores, hasta que de un saque lateral por el costado derecho surgió lo anhelado… La pelota llegó a los pies de Giovanni Dos Santos y éste se deshizo de su marcador desde la banda par mandar la pelota al área, ésta voló y encontró la cabeza de Carlos Vela que al lanzarse de palomita incrustó el balón en las redes para beneplácito de todo México. Las gargantas estallaron y se unieron al grito de gol, un grito reprimido por siempre, nunca habíamos estado en una final de un Mundial y ahora la estábamos hasta ganando. México gozaba y el Estadio Nacional temblaba, los peruanos se unieron al festejo y el Estadio había sido conquistado por nosotros. Los festejos siguieron por 2 minutos más, aun no nos sentábamos y venía Omar Esparza con una bolea a 25 metros de distancia de la portería… ¡¡¡goooooooooooooooooo !!! Ahora si las lágrimas de emoción nos hicieron presa a la mayoría.
2 -0 a Brasil era creíble al ver el nivel de los nuestros, el sueño comenzaba a hacerse realidad,, los nervios crecían aun con el marcador a favor y el tiempo parecía que no avanzaba… llegó el medio tiempo y con él un respiro para el corazón que ya iba a marchas forzadas. Mi voz había desaparecido temporalmente y el calor del triunfo cada vez se veía más cerca.

Mañana la 5ta y última parte